Pese a crisis, prevalece tradición del viejo en Xalapa

Sin embargo, las ventas cada vez son menos

diciembre 29, 2018

Raziel Roldán. Xalapa. En una humilde vivienda ubicada en la calle Jesús Reyes Heroles de la colonia Felipe Carrillo Puerto, vive el señor Roberto de la Cruz Luna de 54 años quien padece dificultad visual y trabaja como empleado en una escuela primaria, pero que desde hace 31 años elabora piñatas para todo tipo de fiestas y también el tradicional “viejo”, elaborado de papel y cartón que se quema el 31 de diciembre para celebrar otro año que termina.

Aunque es una tradición que prevalece desde hace décadas en las colonias de la capital veracruzana, el artesano asegura que las ventas cada vez son menos debido a la crisis económica que atraviesa el país, sin embargo los precios que ofrece son bajos en comparación a otros, hay de 80 pesos e incrementa de 15 a 20 pesos dependiendo si el cliente desea agregar más detalles o incrementar el tamaño.

“Otros años atrás hemos hecho bastantes, de 15, 20 a treinta viejitos hacíamos, aparte la estrella que hacíamos para el 24 y año nuevo, hemos llegado a hacer hasta 60 piñatas” lamenta Roberto quien este fin de año solo realizará un pedido de 5 «viejos».

La crisis en los precios no solo afectaron a los artesanos independientes como Roberto de la Cruz, la señora Gloria, quien es locataria del Merado Jáuregui, asegura que la baja en las ventas también se debe a que en tiendas de mayoreo se venden “viejitos” de mala calidad y de menor tamaño reduciendo así su precio comercial y que la gente busque el más barato, “pues ahorita está un poco baja (la venta) porque allá arriba los dan muy baratos, están muy chiquitos y estos son grandes” reclamó.

Aunque la venta de cuetes está prohibida es un elemento primordial en “el viejo», don Roberto asegura que eso no es impedimento para que los xalapeños los consigan y lo elaboren a su gusto; como Jesús Villalobos, de oficio bolero, que afirma que en su colonia todos cooperan con ropa y cuetes o el señor Alberto Hernández quien dice que en su familia juntan 500 pesos para comprar lo necesario para su realización.

A pesar de no ser un buen año, el señor Roberto de la Cruz seguirá con esta tradición, ya que su familia también está aprendiendo el oficio y le ayuda debido a su problema con la vista, “mi hermana viene, yo ando mal de la vista, por un lado también pienso que me disminuyó la chamba y ya no puedo agarrar mucho trabajo” concluyó el artesano mientras terminaba la cabeza de lo que sería el último “viejo” encargado este 2018.