Propaganda y las malditas redes

mayo 7, 2020

Engañar con la verdad es clave en la praxis política. Siempre habrá quiénes caigan en el garlito y luego se llamen sorprendidos.

Y Andrés Manuel López Obrador es un excelente estratega de la propaganda, maestro sembrador de ideas, flautista de Hamelín, engatusador experto en la industria de la protesta que le ha dado para vivir sin contratiempos y sumado millones de pesos y simpatizantes que, en la ruta crítica de 18 años de una campaña de toda la vida, lo llevó a la Presidencia de la República.

A personajes como Andrés Manuel suelen llamar encantadores de serpientes, líderes naturales que aparentemente se mimetizan con la causa de la membresía, es decir, los pobres y desamparados junto con sectores de la clase media hartos de gobiernos corruptos que esperan al dirigente capaz de enfrentar al poder, a lo que él llama “la mafia del poder”.

Y en esa estrategia de montarse a la cabeza de la gran movilización que finalmente echaría del poder a los políticos corruptos asociados con poderes fácticos, dueños del dinero e incluso capos del crimen organizado, como se denunció recurrentemente en la prensa mexicana cuando estaban en ejercicio los gobiernos que ahora ataca con singular prioridad comparativa para demostrar que él sabe cómo hacerlo.

¿Por qué descalificar a la prensa en la mecánica generalizada? ¿Por qué ahora acusa a las redes sociales de atacarlo y asumir que todo el mundo que no piensa como él tiene la capacidad económica para comprar granjas de robots que, en las que ha llamado benditas redes sociales, lo combaten y cuestionan?

¿Por qué ahora traer a colación la llamada “infodemia” como la operación tendente a destronar sus estrategias propagandísticas? Algo pasó con la que ha evidenciado el nivel mediocre e inculto de sus comparsas que, en las conferencias mañaneras, le siembran preguntas para explayarse y descalificar, atacar, estigmatizar a sus opositores.

Hay evidencia de que sus homilías han dejado de ser la pauta informativa que marque la agenda política nacional.

Y, sobre todo, que sus asesores en materia de comunicación lo engañan y ocultan la raíz de esta “infodemia” que ocurre vastamente en las redes sociales cuando es consecuencia de los youtubers o manipuladores de información pagados en oficinas identificadas con Morena, que no rinden cuentas y aparentemente pasan desapercibidas pero finalmente han sido expuestas, como lo demostró la respuesta que dio Twitter a la petición de ubicar cuánto y quién paga las cuentas desde las que se mueve esa “infodemia”.

Twitter respondió al licenciado López Obrador, de acuerdo con un tuit que alude a la cuenta @LopezObrador_, que son bots (robots) 61 por ciento de sus seguidores, es decir cuatro millones 216 mil 994 de los supuestos seis millones 901 mil 790 seguidores, son cuentas falsas.  

¿Entonces? Bien por el licenciado López Obrador en esa exitosa campaña que lo llevó a ganar la Presidencia de la República.

Habría sido prácticamente imposible que el Instituto Nacional Electoral tuviese margen de maniobra y recursos para financiar una chapuza en los comicios y ocultar 30 millones 113 mil 483 votos depositados en las urnas a favor del candidato de la alianza Juntos haremos historia, integrada por el Movimiento Regeneración Nacional, y los partidos del Trabajo y  Encuentro Social.  

Pero, resulta que el señorpresidente ha derrochado el bono democrático que concretó la noche del 1 de julio de 2018, como líder carismático cuya carrera se ha sustentado en esa propaganda que abreva en la estrategia dictada por Joseph Goebbels y que, en su momento, Adolfo Hitler admiró de Benito Mussolini por su capacidad de arrastrar multitudes cuyo credo se sustentó en el antiliberalismo y contra la doctrina marxista que aparentemente sustanciaba la movilización de las clases pobres contra los dueños del capital, los ricos, los burgueses.

¿Es de izquierda, entonces, el gobierno de López Obrador? No.

Es una mezcla de voluntades y ambiciones personales y de grupos del poder fáctico que le ha entrado al juego del doble lenguaje y atropellado, impunemente, a quienes dentro del equipo lopezobradorista han tenido que operar en calidad de tragahumo y justificar actos de autoridad para salvar de la debacle a un gobierno que se enfila, precisamente, al régimen autoritario, dislocado de las ofertas de campaña que imaginaban sacar de la postración centenaria a los más pobres, a los miserables.

Y es que, mire usted, la repartición de multimillonarios recursos vía la Secretaría del Bienestar y aparentemente vigilados por la Secretaría de la Función Pública, ahora de obligatoria observancia constitucional, cumple con el mismo objetivo que tuvo en gobiernos pasados, de mantener a raya a esa población que es fuente de votos.

Los pobres seguirán pobres, porque no hay un plan definido; no existe un renglón en el que se establezca, en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, la estructura que dé a los pobres el margen para aspirar a empleos bien remunerados por mano de obra calificada, porque la reforma educativa aprobada en el Congreso de la Unión por la mayoría oficialista sustenta su optimismo en supuestas universidades de mediocre nivel, por usar un eufemismo.

Así, en la elemental estrategia de desviar la atención ciudadana hacia temas triviales, cuando hay asuntos prioritarios como es la emergencia sanitaria y la corrupción que ha sido denunciada por personajes integrantes de su propia causa que señalan a integrantes de su administración, el licenciado ha echado a andar la estratega propagandista para poner a salvo a su equipo y convencer a sus seguidores, pléyade menguada hasta caer a menos de 50 por ciento en el top ten de popularidad, de que es víctima de sus contrincantes, éstos que desbancaron a sus operadores de las redes sociales.

Y, entonces, reeditó a la estrategia Torquemada para llevar a picota al ex presidente Felipe Calderón. La semana pasada fue el momento del equipo de Enrique Peña Nieto, quien estaría sujeto a investigación por la Unidad de Información Financiera, cuyo jefe, Santiago Nieto, negó la especie. Y el asunto se desinfló rápidamente.

En ese tenor propagandístico para desviar la atención de temas fundamentales, en la mañanera del martes pasado (cinco de mayo) un sedicente periodista entró como emergente y el licenciado López Obrador le dio la palabra.

–Vamos a abrir para preguntas. Hans Salazar Castañeda—citó el señorpresidente.

–Buenos días, presidente. Hans Salazar, de ZMG Noticias, Gurú Político y Zócalo Virtual (sic).

Preguntarle, el día de ayer sigue el tema de Felipe Calderón. La autora, la periodista Anabel Hernández vuelve a citar que el presidente encabezaba incluso reuniones con narcotraficantes de acuerdo a una carta enviada por un narcotraficante apodado ‘la Barbie’.

¿Por qué es importante plantearle este tema en este momento, presidente, a pesar de que ayer mismo un compañero mío ya se lo había preguntado?

Sigue la difusión, ayer se difundió el audio de la entrevista a la exembajadora de Estados Unidos en México.

La pregunta concreta, presidente, y es porque en la población, en la sociedad mexicana sigue habiendo la exigencia de justicia. Usted ya ha especificado que por lo menos en nuestro país va a haber, si es que así lo decide la gente, a través de una consulta, sería ese mecanismo.

Concretamente le preguntaría, presidente. En Estados Unidos sigue la investigación contra el exsecretario de Seguridad Pública. ¿Usted estaría en esa disposición plena de colaboración con el gobierno norteamericano si este pidiera la detención y eventualmente entrega del expresidente Felipe Calderón?

En efecto –respondió López Obrador–, hay una investigación en Estados Unidos, según sabemos no es en contra del expresidente Felipe Calderón, el que está detenido y está siendo juzgado es el secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe Calderón, señor García Luna.

“Se conoce –prosiguió–que cuando se llevan a cabo estas investigaciones se reúnen elementos, se llama a declarar a quienes tienen información y eso es lo que creo se va a seguir haciendo en Estados Unidos.

“Si alguien tiene información está obligado también a entregarla aun siendo periodista. Esta periodista Anabel Hernández ha hecho trabajos de investigación de primer orden, es una mujer profesional en el periodismo y valiente, es una mujer excepcional.

Si ella lo decide, porque también es por voluntad, puede aportar esas pruebas para este caso.

“Acerca de abrir nosotros una investigación en contra del presidente Calderón, del expresidente Calderón, pues ya dijimos que tendría que ser a partir de una consulta ciudadana; y no sólo para su caso, sino estamos planteando que se le pregunte a la gente, o que los ciudadanos lo demanden, sobre el abrir juicios a los expresidentes del periodo neoliberal, de Salinas a Peña, pasando por Zedillo, Fox y Calderón, pero eso lo tendría que decidir la gente.

“Nosotros desde el principio dijimos que queríamos pensar hacia adelante, que se terminara con el periodo neoliberal, que es sinónimo de corrupción. Dijimos que íbamos a hacer nuestro trabajo, incluso dije: Esta situación de no iniciar procesos judiciales en contra de los expresidentes no significa también que no se aplique la ley contra nosotros, es decir, hacia atrás lo que la gente decida y hacia adelante que podamos ser enjuiciados”.

El señorpresidente fue más amplio en su respuesta a modo, sembrada, pautada en esta estrategia de desviar la atención. Maestro de la propaganda, hoy es víctima de sus engendros pero de ese factor saca provecho y se ofrece mártir ante sus seguidores que aúllan heridos porque el prócer fue pillado en las benditas redes sociales. Conste.

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