Regular precios de la canasta básica «arma de doble filo»; así empezaron regímenes socialistas: cafetaleros
Isabel Ortega/El Demócrata. Buscar regular el precio de los productos de la canasta básica es un arma de doble filo, pues así empezaron países como Cuba, Venezuela, o Nicaragua, donde está el alimento y es el Estado el que tiene el control total, “entonces sí estaríamos amolados”.
Cirilo Elotlán Díaz, secretario general del Consejo Regional del Café de Coatepec, aseguró que se podría “disfrazar” el querer apoyar a la economía familiar, al regular los precios, con imponer un régimen socialista, “se aprovechan de momentos coyunturales”.
Este sábado se espera la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador que buscará tener reuniones con productores locales a fin de establecer precios de garantía a productos de la canasta básica.
El cafetalero explicó que el gasto promedio de una familia es de mil pesos a la semana, para comprar comida, y a diferencia de otros momentos, ahora se compran los productos en base a la necesidad diaria, ya no se adquiere la despensa los fines de semana.
Explicó que antes de la pandemia el huevo costaba 35 pesos, ahora se paga al menos en 70; el aceite se compraba 22 pesos ahora se cotiza entre 45 y 50 pesos; el frijol pasó de 23 a 35 pesos; la tortilla pasó de 10 a 17 o 18 pesos, lo que le está pegando a las familias.
“Ahorita dicen vamos a buscar poner precios de garantía a los 22 o 23 productos de la canasta básica; pero, nos preocupa que una vez pasando el fenómeno de la guerra y pandemia -que han impactado la economía nacional y a nivel mundial- que estás políticas se puedan quedar para siempre y entonces caemos al otro extremo”.
Después, dijo, ya no se permitiría a nadie poder ajustar el precio de acuerdo con la oferta y la demanda, o un libre mercado, se mantendría un control en base a lo que se diga desde el Ejecutivo del Estado, “eso sí nos preocupa, sería más grave aún. No habría libre mercado, para tener un mejor precio”.
“Sería algo como lo que está pasando en Cuba, lo que está pasando en Nicaragua o Venezuela: están los productos, pero quien tiene el control de la compra y venta de todo es el Estado y entonces si estaríamos amolados”.
Alertó que en este momento se ha mantenido el precio de la gasolina, sin embargo, si se da un alza todo va a dispararse nuevamente, “lo que sería la ruina de los campesinos” y de toda la ciudadanía, incluidos, los comerciantes.