Rescatistas mexicanos viajan a Alemania; buscan excelencia en su labor

Entre el ruido de las ruedas de las maletas y un montón de viajeros que los miran con curiosidad, integrantes de la Brigada Rotaria de Seguridad y Rescate se despidieron con orgullo y emoción de familiares y amigos en el aeropuerto capitalino para viajar a Alemania, donde recibirán capacitación en materia de apuntalamiento y estructuras colapsadas.

marzo 24, 2019

Mariángel Calderón/México, (Notimex).- El comandante general de la Brigada, Rafael Martínez, explicó que el gobierno alemán contactó a la organización para recibir al grupo que envió ese país para apoyar en el sismo de septiembre de 2017.

La organización trabajó de manera conjunta con el grupo de rescatistas alemanes, con quienes colaboraron en la evaluación de inmuebles y establecimiento de protocolos para la coordinación de otros grupos de rescate durante el sismo de ese año.

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Fue así como surgió la invitación para recibir una capacitación conforme a los protocolos europeos de una dependencia de las Organización de las Naciones Unidas para desastres internacionales; el grupo busca ser el más calificado del país para responder en emergencias con protocolos de primer nivel.

Los seis rescatistas viajarán a Düsseldorf, Alemania, a un centro de entrenamiento en el que recibirán capacitación durante 10 días, se trata de una especialización en apuntalamientos y estructuras colapsadas.

“Aun cuando han pasado años de la tragedia del 85, México y los países latinoamericanos no han tenido el desarrollo de otros países en tecnología, protocolos, herramientas y formas de atender estas emergencias”.

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En su opinión, es necesario que México cuente con homologación en criterios de actuación, para que cuando lleguen grupos de diversos países se puedan sumar de manera más eficiente.

Expuso que el entrenamiento para los cursos fue provisto por ISAR Germany, (International Search and Rescue) y el grupo de rescate alemán con el que se trabajó durante el sismo de 2017, que patrocinaron a la brigada con la capacitación, hospedaje y pasajes.

Sin embargo, cada uno de los viajeros tuvo que invertir recursos económicos para la actualización de los equipos con los que trabajarán durante el entrenamiento y que oscilan entre 15 mil y 18 mil pesos, aunque estimó que el curso por persona tiene un valor de unos tres mil euros.

La coordinadora de Enlace Rotario en la Brigada Rotaria de Seguridad y Rescate, Dulce Soto, cargaba en su mochila, además de su equipo de entrenamiento, dulces y botellas de tequila para sus homólogos alemanes.

Pero también llevaba el orgullo femenino debido a que se piensa que el trabajo de rescate es sólo para hombres; “siendo mujer es un orgullo representar la parte femenina en el rescate y mostrar a todos que en los entrenamientos todos somos iguales, que el género no es límite para hacer cosas que se piensan que están solamente destinadas a los hombres”, comentó.

Soto, que participó en los rescates del sismo de septiembre de 2017, lleva cinco años de entrenamiento cada sábado, aunque entre semana asiste a cursos de actualización e inmersión en todos los temas de rescate, “para que nada se nos escape, al final se trata de vidas humanas y es necesario estar actualizados, tener conocimientos y saber la manera de reaccionar”.

Para ella, el pago de ser rescatista está al momento de sacar a alguien vivo de entre los escombros y en los ojos orgullosos de su hijo de 19 años; la capacitación que emprenderá es resultado de sus esfuerzos, porque además contempla el entrenamiento con binomios caninos.

Miguel Ángel Guerrero tenía colgado en las piernas a su pequeño hijo al que no verá durante 10 días; con una sonrisa en los labios señaló que para no sentir nostalgia llevaba entre su equipaje las fotografías de su hijo, su esposa, un ahijado, sus padres y al Dios en el que él cree; antes de subir al avión comió tacos de suadero y birria para no extrañar la comida mexicana.

El entrenamiento contempla trabajo conjunto con rescatistas alemanes en materia de estructuras colapsadas, espera de este viaje traer muchos conocimientos y poderlos aplicar en caso necesario, pero también para transmitirlos a las nuevas generaciones.