Se vence plazo de negociación entre Cowboys y su quarterback estrella Dak Prescott
EU/ESPN. No hay plazo que no se cumpla y para Dak Prescott y los Cowboys este día significó que el quarterback tendrá que jugar en año de contrato, por segunda temporada consecutiva.
La ventaja para Prescott es que ganará $31.4 millones con la etiqueta de jugador franquicia.
En la historia de la NFL, sólo ocho quarterbacks han sido nombrados jugadores franquicia, aunque únicamente Drew Brees, con los entonces San Diego Chargers, y Kirk Cousins, con Washington, llegaron a la temporada y jugaron con etiqueta franquicia.
Prescott se convertirá en apenas el tercer quarterback que juega con etiqueta franquicia partidos de campaña regular.
Ni Brees ni Cousins jugaron más con sus equipos originales cuando por fin pudieron convertirse en agentes libres sin restricciones; el primero fue a los New Orleans Saints y el segundo a los Minnesota Vikings.
Los Cowboys ya no podrán negociar un contrato a largo plazo con Prescott hasta el próximo año, después de que su última oferta fue reportada de entre 33 y 35 millones de dólares promedio, incluyendo más de $100 millones garantizados, por cinco años, que fue precisamente lo que la representación de su quarterback no aceptó porque querían un máximo de cuatro temporadas.
Los Cowboys querían un arreglo multianual por varias razones, incluyendo que su quarterback sólo esté enfocado en su juego y jamás preocupado por su futuro, ya que no tiene más garantías que la próxima temporada, en todos aspecto, físico y económico.
En la posición de quarterback, la durabilidad cuesta. Prescott ha jugado todos los partidos desde que era novato como titular. Los Cowboys saben lo difícil que es conseguir un quarterback que pueda jugar, que gane partidos y que sus compañeros crean en él.
Entre Troy Aikman y Tony Romo tuvieron que sufrir 17 quarterbacks titulares en un periodo de poco más de seis años.
Y lo más importante, los Cowboys saben que etiquetado representa el salario más caro en la historia de la franquicia y un golpe fuerte en el tope salarial.