Serenidad y paciencia, Andrés… Te abrazo, Manlio

marzo 18, 2021

Imagine usted a Alejandro Junco de la Vega y Juan Francisco Ealy Ortiz “jalándose los pelos”, víctimas de la impotencia en la batalla contra el licenciado López Obrador, de acuerdo con quien es, al unísono, guionista, actor y director de escena de la mañanera.

Y es que, el inquilino de Palacio, en una jaculatoria de las tantas que nutren a la mañanera, sostuvo que va ganando la partida a los neoliberales. Y después de que en homilía anterior ondeara su pañuelito blanco, símbolo de que ya no hay corrupción en México porque el presidente, es decir, él no es corrupto, ayer sostuvo:

“Se jalan los pelos nuestros adversarios: ¿cómo es? Si todos los días primeras planas en contra, del Reforma, de El Universal, etcétera, etcétera, etcétera, programas de radio, televisión.’

“Y ya no salen encuestas, no publican encuestas, los mariachis callaron, porque, con toda la campaña, la gente nos está apoyando. Imagínense, si no tuviésemos el apoyo del pueblo, todos los días estarían sacando encuestas”.

En serio, no se ría, así lo presumió el licenciado Andrés Manuel, en un desplante de aquella máxima que describe a quien nunca pierde, porque mínimo empata. Vayamos por partes y preguntaría a quien de pronto se compara con Francisco I Madero y luego se asume calca de Benito Juárez García:

¿A qué sabe la victoria pírrica con olor a petróleo y barnizada de corrupto e impune pedigrí sindical?

¿La renuncia de Carlos Romero Deschamps es hacer justicia y alzar su cabeza cual trofeo de combate al neoliberalismo, en el centro del Salón de la Tesorería en Palacio Nacional?

Antonio Ortega Martínez, diputado federal del PRD, que conoce bastante bien al licenciado presidente, comentó a ese respecto en alusión a lo ocurrido, en su momento con el entonces ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Eduardo Medina Mora, quien renunció súbitamente, cuando cumplía cuatro de los 15 años para los que fue elegido por el Senado, a propuesta de Enrique Peña Nieto.

Ortega refrescó la memoria política y puntualizó que Andrés Manuel López Obrador ha dado cuenta a la opinión pública y repitió con Romero Deschamps el “estilo Medina Mora” que es el de la amenaza, el chantaje y la impunidad: “te vas y hay olvido”, con todo y las imputaciones que pudieran tener sobre sí como enriquecimiento ilícito, corrupción y tráfico de influencias, entre otros.

¿Qué la parece? Porque, coincidirá usted conmigo, el señor presidente lleva dos años y pico en el exceso de puro ídem. Blofea, amenaza, estigmatiza, lincha desde el púlpito, dizque denuncia acuerdos turbios y etcétera, etcétera pero, punto sustancial, en prisión sólo están, por cierto en condiciones harto diferentes, doña Rosario Robles y el joven Emilio Lozoya Austin, pero ningún pez gordo, lo que se dice gordo.

A Rosario, quien le acercó bastantes dineros cuando aspiró a ser jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, Andrés Manuel la tiene recluida en el penal de Santa Martha Acatitla, en tanto al niño cantor que ha dado pésimas interpretaciones acusatorias, le dio el chance de continuar con su vida de machuchón disfrutando de sus carrazos y sus casotas y su lanchota, un vulgar yate surto en aguas del Mar de Cortés.

Pero, ¿alguien más en prisión? ¡Ah!, el empresario Alonso Ancira Elizondo, detenido en España en 2019 y extraditado a México, el pasado mes de febrero, acusado de daños patrimoniales a Pemex mediante la venta de una planta de fertilizantes que AHMSA Agro Nitrogenados, transacción hecha cuando el joven Emilio Lozoya dirigía Petróleos Mexicanos.

Y nadie más. Ningún empresario de los que según el licenciado Andrés Manuel estaban metidos en la obra del Aeropuerto de Texcoco y aquel enorme desarrollo comercial e inmobiliario que se pretendía construir en terrenos del actual Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México.

De acuerdo con sus denuncias de recurrente uso político y para presumir que se combate a la corrupción y delincuencia de cuello blanco, López Obrador podría presumir en este momento de la aprehensión de Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray, Felipe Calderón, Vicente Fox, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo y, bueno, bueno, a todos los perversos neoliberales que llevaron a México a ser reconocido como una de las principales economías del orbe, pero hicieron del poder vehículo para amasar insultantes fortunas. ¿Por qué andan libres y carcajeándose de las mañaneras?

Por cierto. En la mañanera de ayer, el licenciado presidente escribió, dirigió y protagonizó el segundo capítulo de este desencuentro con su amigazo –él lo presumió del brazo y por la calle—el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.

Una colega le preguntó acerca de cuál es el objetivo de la que podría considerarse recurso de obtener por lo menos un empate en su diferendo con la Corte, aunque quizá en una de esas en el Senado le dan el visto bueno a su iniciativa de reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.

No hay nada en especial –blofeó el licenciado López Obrador–, la reforma que se aprobó del Poder Judicial tiene como propósito -garantizando su autonomía, su independencia- mejorar el funcionamiento de ese poder y sobre todo combatir la corrupción, eso es lo que se tiene básicamente. (…) Entonces, por eso es la polémica, porque estamos corrigiendo todos estos excesos, abusos. Venían empresas extranjeras a hacer su agosto, nos veían como país de conquista y eso ya cambió. Pero como son intereses que tienen que ver con grupos financieros, con grupos empresariales, con los medios de comunicación, con los intelectuales orgánicos, desde luego con jueces, con magistrados, con ministros, con legisladores…

Pero, sin despeinarse, mediante su cuenta de Twitter el ministro presidente Zaldívar Lelo de Larrea respondió: “Que no haya duda. El #CJF seguirá garantizando que las y los jueves federales actúen con independencia, autonomía y libertad. La #IndependenciaJudicial y la división de poderes son parte esencial de la democracia constitucional”.

En buen romance la respuesta al señorpresidente fue: ¿para qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo.

Lo cierto, es que Andrés Manuel debió hacer otro berrinche con la noticia de que la Juez Cuarto de Distrito, con sede en el estado de Yucatán, otorgó tres suspensiones tres definitivas de igual número de amparos “en contra de la aprobación de la Manifestación de Impacto Ambiental” que emitió la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) para el Tramo 3 del Tren Maya. 

¿Quiénes interpusieron los amparos? Seguramente quienes no estuvieron en aquella ceremonia, ¿recuerda usted?, celebrada en la pista aérea de un abandonado campo aéreo para pedir permiso a la madre naturaleza y emprender esa obra que traerá beneficios a la familia presidencial. Bueeeno.

¿Cómo terminará este berrinche presidencial provocado por un juez a quien le han sacado todos sus trapitos al sol en la idea de descalificarlo con mañosos reportajes en la tele pública?

“Nosotros siempre pensamos que lo más importante es la revolución de las conciencias –acotó el iluminado inquilino de Palacio–. Cuando hay un cambio de mentalidad, cambia todo. Eso es lo que afortunadamente está sucediendo, esa es la bendición, el despertar como nunca de los mexicanos. Es un pueblo completamente despierto, politizado, consciente, que está ayudando mucho para llevar a cabo la transformación.

“(…) Entonces, yo estoy muy contento por eso, porque el pueblo de México está a altura de las circunstancias. Y, como decía el presidente Juárez, con el pueblo todo, sin el pueblo nada. Si no fuese por la gente, si no fuese por el pueblo, no se avanzaría”.

Presidente, ya son entre 25, 27 suspensiones provisionales que se han otorgado, se sumó otro juez que otorgó otras tantas—insistió la colega.

Y las que se acumulen—respondió despectivo el licenciado Andrés Manuel. ¿En serio? Entonces por qué el enojo. Serenidad y paciencia, licenciado; le puede hacer daño y luego los médicos andan como loquitos en Palacio a deshoras de la madrugada. Digo.