Servicios de salud pública, un peregrinar para usuarios

octubre 3, 2019

Eda Sentíes. Veracruz. Largas esperas, falta de medicamentos, espacios de hospitalización saturados y en muchas ocasiones un mal trato, es así como viven el servicio de salud pública los habitantes de la zona conurbada Veracruz – Boca del Río.

Guillermo Hernández, es un trabajador de 45 años y nunca ha gozado de afiliación al IMSS o al ISSSTE, así que su única alternativa ha sido el Hospital General de Alta Especialidad. 

Sin embargo, la saturación que existe en dicho nosocomio lo ha orillado a buscar atención médica particular, a pesar de que eso ha comprometido su ingreso en más de una ocasión por el alto costo que tiene. 

“Sí vas al seguro, sí vas a urgencias, solo que de plano te estés desangrando, te estés vomitando, con la presión muy alta, para que te atiendan rápido, y si vas por algo no tan grave, fácil te tienen toda la noche esperando y otros servicios como el hospital general es más tardado, la verdad no hay como el particular pero es muy caro”, señaló don Guillermo.

En los últimos meses el panorama se agravó al interior del sector salud y han sido los usuarios quienes más han resentido los ajustes implementados. 

Es el caso de don Pastor Gómez Castro, quien ha tenido un largo peregrinar para obtener los medicamentos de su hermano, un hombre de 72 años a quien se le ha negado su tratamiento contra el cáncer bajo el argumento de que no existe abasto. 

«Vine por un medicamento, lo pedí en junio el 27 y no llega según de Xalapa aquí al Regional y ya ahorita pues vine porque el doctor le va a cambiar de medicamento y ya ahorita lo estoy esperando porque el que me está autorizando desde junio no llega (…) Yo le digo oiga si el paciente se está muriendo ya se hubiera muerto desde junio estamos en agosto, ya vamos a entrar a septiembre y ya ahorita ni le hablo porque no me contesta el teléfono», apuntó don Pastor .

Aunque si algo reconocen los usuarios, es que instituciones como el ISSSTE y el Instituto Mexicano del Seguro Social, le han apostado a fortalecer la calidad de la atención, al menos, en un primer contacto. 

La experiencia de Paola Ríos es una muestra de este cambio que el IMSS tanto ha destacado en los últimos años, su afiliación fue rápida, bien orientada y con una atención satisfactoria. 

“La chica que es del trabajo social me dijo que me faltaban documentos, me sugirió que los consiguiera porque aún tenía tiempo, me mandaron a un área de altas, la verdad se portaron bien en ese sentido pensé que se iban a poner más especiales porque no traía todos los documentos, pero pasé bien (…) dicen mucho de la mala atención pero por lo menos yo he tenido una buena experiencia con ellos”. 

Pero su paso por el IMSS se encontró con lo que más temía, una espera de meses para conseguir una cita con un médico especialista.

“Me mandó a radiografías por el problema que tenía para darme un tratamiento más fuerte y cuando bajé me dijeron que había citas hasta dentro de dos meses porque no se daban abasto, yo fuí en diciembre y me recomendaron que fuera hasta febrero y de ahí bajé a farmacia y tuve que esperar hasta 50 minutos”.

Y esta misma historia se repite en las clínicas del ISSSTE, de acuerdo con la derechohabiente Denis Barrientos, la atención médica es aceptable y con un buen trato, el problema llega en aquellos momentos de crisis en los que se requiere un servicio de urgencias, asegura que en estas salas, le ha tocado esperar hasta 5 horas para pasar a revisión, y el tiempo se prolonga por varios meses cuando se trata de un especialista. 

“Los médicos que me ha tocado que me atiendan lo han hecho muy bien y me han dado la atención que requería en el momento que necesitaba, lo malo es que para que te den una cita con el especialista te tarde mucho tiempo en pasarte y en algunas ocasiones a mí se me ha quitado el malestar en esa espera (…) cuando asisto a urgencias hay que esperar mucho tiempo para que te atiendan y si te toca el cambio de turno puedes esperar hasta 4 o 5 horas para que te pasen con el médico”. 

Es así como los esfuerzos por capacitar al personal en un trato humanizado, continúan siendo opacados por las múltiples necesidades que enfrentan las instituciones de salud pública. 

Incluso, para muchos analistas México está lejos de alcanzar una atención de salud como la que brindan los países de primer mundo, dejando en un estado de vulnerabilidad a los derechohabientes.