Siente días entre muertos y vivos tradición mexicana

octubre 31, 2019

Luis Miguel López/ Ciudad Mendoza.- Los días de muertos no solamente son el 1 y 2 de noviembre, ya que, de acuerdo a las costumbres de nuestros antepasados indígenas, la celebración comienza desde antes, siete días entre muertos y vivos, tradición mexicana.

La cultura mendocina es una mezcla de gente originaria de estados como Tlaxcala, Puebla y con gran influencia de Oaxaca, unida a la náhuatl de las Altas Montañas, de esos estados bajaron a trabajar en la fábrica textil “Santa Rosa” CIVSA y fundar el poblado a finales del Siglo XIX.

Fue inevitable unir las creencias y más una que identifica a los mexicanos: la del día de muertos, los cuales desde la época prehispánica ya eran venerados en Mesoamérica.

Hay mucho arraigo sobre el día de muertos, más de las personas mayores, especialmente del estado de Oaxaca; las fechas en las que creen llegan los difuntos varían de acuerdo a las costumbres de cada región y cada familia a lo largo y ancho del país.

7 DÍAS

DÍA 01 – 28 DE OCTUBRE Se prende la primera veladora y se coloca una flor blanca para recibir a las ánimas solas.
DÍA 02 – 29 DE OCTUBRE Se prende otra veladora y se coloca un vaso con agua dedicado a difuntos olvidados y desamparados.
DÍA 03 – 30 DE OCTUBRE Se prende una nueva veladora, se coloca otro vaso con agua y se pone un pan para los difuntos que se fueron sin comer o los que murieron en un accidente.
DÍA 04 – 31 DE OCTUBRE Se prende otra veladora, se pone otro vaso con agua, otro pan y una fruta. Esto es para los muertos de los muertos (ancestros), es decir, bisabuelos y tatarabuelos.
DÍA 05 – 01 DE NOVIEMBRE Es el día de todos los santos, fecha en la que al medio día llegan todos los “angelitos” que son las almas de quienes fallecieron siendo niños. Se pone toda la comida en el altar de muertos.
DÍA 06 – 02 DE NOVIEMBRE Conocido como día de los fieles difuntos, se tiene la creencia de que son las almas de los muertos adultos quienes llegan a recoger y comer las ofrendas que su familia colocó en el altar, se quema incienso de copal y se adorna un camino con pétalos de cempasúchil para guiarlos.
DÍA 07 – 03 DE NOVIEMBRE Se prende la última veladora blanca, se quema copal y se despide a las almas de los muertos, les piden que vuelvan el siguiente año, es el levantamiento de la ofrenda.

NECOXTLA VIVE EL DÍA DE MUERTOS

“Lugar de orejeras”, es la municipalidad original de Santa Rosa, ahora Ciudad Mendoza, pueblo náhuatl perteneciente a la Sierra de Zongolica, no obstante, la Conquista los indígenas descendientes del Jefe Nacoxoc mantuvieron sus costumbres y tradiciones ancestrales; en el año de 1803 fue fundada la parroquia de San Francisco de Asís Necoxtla, el catolicismo no impidió el tributo a los muertos.
Ese pueblo mantiene vivas las creencias del Día de Muertos y las preserva; preparan atoles (más popular el atole negro, de maíz quemado) y compran naranjas, plátanos, manzanas, pero todo por costales que se colocan en el altar; se prende el copal, la comunidad se organiza para formar bolsas para aquellos que ya no tienen quien los recuerde. El 2 de noviembre el panteón comunitario se satura de colorida, predominando el amarillo de la flor tradicional del día de muertos, cempasúchil, “veinte flor” o “flor de veinte pétalos”.

ALTAS MONTAÑAS, SIETE NIVELES

En la región de las Altas Montañas se colocan altares de siete niveles, pues son los siete pasos para descansar en paz.
Los elementos de las ofrendas tienen significados, el agua para la sed del camino que transitan las almas del inframundo a la tierra; los aromas, para que huelan el camino; así como el olor al cempasúchil. Se colocan los objetos y comida que le gustaban al difunto. Mantienen viva la tradición más en la zona indígena, ahorran todo el año para gastar para sus muertos y colocarles sus altares de vida.

Así luce el panteón de la comunidad indígena de Necoxtla en la zona montañosa de Ciudad Mendoza cada 2 de noviembre; el colorido de la flor de cempasúchil, el copal y la música encierran el enigma de la vida y la muerte desde épocas prehispánicas.

DATO
El Mercado “Morelos” de Mendoza, se convierte un gran tianguis del Día de Muertos, ahí bajan de sus comunidades cientos de familias de las Altas Montañas para hacer las compras para sus altares.