Sin López Obrador, la vida no se llama vida…
enero 13, 2022
Favor de tararear al compás del bolero Sin un amor en las voces de Chucho Navarro, Alfredo Gil y Hernando Avilés, el trío original de Los Panchos.
¿Usted extraña a Su Alteza Serenísima en las mañaneras? ¡Yo Tampoco!
Por supuesto, no se le desea el mal a nadie; ojalá el licenciado presidente se recupere del mal que le aqueja. Se le extraña en las mentiras mañaneras.
Porque, mire usted, lo cierto es que las mañaneras no tienen el mismo insano y perverso sabor sin Andrés Manuel I, que ahora se gasta el tiempo en recorridos solitarios por Palacio Nacional. Pero cuidado, porque la soledad no suele ser buena consejera y no vaya a ser que la semana próxima, como se prevé, vuelva con nuevas ideas para apisonar a la 4T y hacer polvo a sus enemigos, contrincantes y opositores.
Y es que, vaya contraste, si usted ha tenido tiempo para escuchar al licenciado Adán Augusto López Hernández, gobernador de Tabasco con licencia —porque los cargos de elección popular son irrenunciables— en funciones de secretario de Gobernación, se habrá percatado que no se sale de la línea marcada por el Duce.
Además, esa postura ha servido para que propios y extraños ponderen a López Hernández y lo ubiquen como un hombre disciplinado, respetuoso, institucional y, si me permite usted, hasta guapo y harto inteligente, como ocurre, en esa idea de construir al cuarto elemento en la sucesión presidencial.
Indudablemente, si al secretario de Gobernación le preguntan si tiene aspiraciones presidenciales responderá que no es el momento de hablar al respecto porque está dedicado a atender el cargo para el que fue designado por el licenciado López Obrador y servir a la patria y… por supuesto a la Cuarta Transformación.
¿Le parece que Adán Augusto tiene cartas credenciales para aspirar a la candidatura de Morena a la Presidencia de la República en 2024?
Bueno, bueno, sólo hay que ver y seguir el trato que le distingue Su Alteza Serenísima Andrés Manuel I a su antiguo compañero de correrías juveniles y luego políticas en territorio tabasqueño, porque Adán Augusto creció políticamente en el seno del PRI, igual que López Obrador, aunque se tardó 12 años en renunciar al tricolor para echarse en brazos del PRD y luego a Morena, en enero de 2014 cuando era senador perredista y se declaró legislador independiente.
¿Qué le parece? El secretario de Gobernación es notario público con licencia en Tabasco, pero su carrera política está ligada a espacios en el Congreso tabasqueño y el Congreso de la Unión, como diputado local, federal y senador; ¿cargos en el sector público? Por lo menos tres en el ámbito local, ninguno federal.
El caso es que la experiencia legislativa e incluso el haber sido coordinador de la campaña del priista Manuel Andrade Díaz, en el año 2000, que fue cuestionada y se fue a segunda vuelta, amén de la coordinación de la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador en 2006, en la Tercera Circunscripción nacional, le dan credenciales que no tiene la favorita del profesor, la doctora Claudia Sheinbaum.
Vaya, se trata de tablas políticas, plano en el que sólo Ricardo Monreal Ávila tiene por arriba de Adán Augusto; ambos se han reunido y platicado largamente. Adán Augusto se ha convertido en enlace entre Monreal y Su Alteza Serenísima pero, lo fundamental es que López Hernández y Monreal Ávila han mostrado, por lo menos en público, que no tienen diferencias y sí el ánimo de ejercer la política como marca el librito, es decir, con altura.
Por eso es importante la ausencia del licenciado presidente, no por la enfermedad aclaro antes de que los defensores oficiosos y filibusteros me hagan pedazos, y que el secretario de Gobernación exponga su aspiración que no necesariamente requiere ser formal. Porque, ¿quién entre los más de 90 millones de ciudadanos mexicanos no aspira a ser Presidente del país?
Más allá del ordenamiento legal que determina que en ausencia del Presidente asuma funciones el secretario de Gobernación, se dio esta oportunidad para que López Hernández muestre en público sus dotes de negociador y la buena relación que debe tener con todos los gobernadores y gobernadoras del país.
¿Qué no se sale de la línea discursiva del licenciado presidente? Pero qué necesidad, diría el filósofo de Juárez cuando de lo que se trata es de placearse.
Por cierto, vaya papelazo de la senadora guanajuatense Guadalupe Antares Vázquez con aquella declaración de que se pulsaba en la bancada de Morena destituir al senador Ricardo Monreal de la coordinación del grupo parlamentario en la Cámara alta. Nadie le secundó.
Esa es una de las voces del Brox senatorial que hacía eco a Martí Batres Guadarrama. Se trata de una corriente menor y por supuesto oficiosa. Lamentable.
Bueno, bueno… estábamos en esa oportunidad que tiene Adán Augusto en la suplencia de Andrés Manuel en la mañanera. ¿A poco no? Por lo menos para atender inquietudes, sin salirse del script.
Y luego la bachiller Ana Elizabeth García Vilchis ocupó el espacio de las mentiras presidenciales en el espacio de quién es quién, en las mentiras de la semana.
Quienes alude la bachiller se defienden solos y solas, pero cuando se les alude en ese ánimo de estigmatizar e incluso insultar o mofarse de ellos y ellas, se debe alzar la voz en su defensa. Así, lea usted este despropósito de la bachiller-lectora del script que le redactan en la oficina de prensa de la Presidencia de la República. A saber.
“(…) Hasta aquí nuestra sección –dijo García Vilchis– pero queremos dejar una reflexión. Esta sección se inició para prestar un servicio al público, de dar cuenta y desmentir las noticias falsas que involucran al gobierno federal. Aquí no se estigmatiza a medios ni a periodistas, sólo se citan las mentiras y exponen a los replicadores de falsedades.
“Si aparecen medios de comunicación y nombres de comunicadores es con fines didácticos, no hay nada personal. Existe una campaña de desinformación evidente para desvirtuar los proyectos y obras que este gobierno realiza, sea el aeropuerto ‘Felipe Ángeles’, el Tren Maya, la reforma eléctrica, los programas sociales, etcétera, pero a pesar de que defienden intereses económicos o políticos encubiertos o simplemente tienen mala fe, el tiempo pondrá a cada quien en su lugar”.
¿No se estigmatiza a medios y periodistas cuando se les califica pasquines inmundos, chayoteros, fifís, golpistas, conservadores y otros etcéteras?
¿Es con fines didácticos que el licenciado presidente cite con nombre y apellidos a quienes no simpatizan con él, a sus críticos y no afines a la 4T? Qué pena con la bachiller. Conste.
YERRO. Atiendo la puntual corrección que me hizo mi amiga y ex compañera en la FCPyS de la UNAM, Silvia Durand. En la columna anterior aludí al primer funcionario que le renunció a Su Alteza Serenísima. En efecto, se trata de Simón Levy Dabbah, no de Santiago Levy. Simón se desempeñaba como subsecretario de Planeación Turística de la Secretaría de Turismo. Santiago Levy Algazi hasta hace poco se desempeñó como vicepresidente de Sectores y Conocimiento del Banco Interamericano de Desarrollo; fue subsecretarios de Egresos en el gobierno de Ernesto Zedillo. Digo.
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