T-MEC

junio 8, 2020

El 1 de julio entrará en vigor el Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC). El Tratado nos permitirá preservar lo construido a lo largo de los 26 años de vigencia del TLCAN y potenciar la relación comercial con América del Norte, nuestro principal mercado de exportación con un Producto Interno Bruto de más de 23 billones de dólares y un mercado de más de 500 millones de habitantes. Y en estos momentos, a partir de las lecciones aprendidas durante la pandemia del COVID 19 en que se está analizando la reubicación de los componentes de las cadenas globales de valor y que los conflictos comerciales entre Estados Unidos y China se están intensificando, México se encuentra ante la gran oportunidad de utilizar esta plataforma que ha construido para atraer a esas cadenas de valor y sustituir muchos de los productos que el mercado norteamericano importaba de China. El Tratado será una piedra angular de la recuperación de nuestra economía.

El tratado no solo es importante para México, es igualmente vital para nuestros socios comerciales. Nos necesitamos mutuamente para crecer nuestras economías. Baste un ejemplo en el sector agrícola: el 67% de la cerveza, el 76% del aguacate y el 87% del jitomate que compran los Estados Unidos provienen de México. Y México compra el 24% de las exportaciones totales de maíz amarillo, el 40% de la leche en polvo, el  20% de la carne de bovino y el 29% de los quesos que exportan los Estados Unidos.

Habrá amenazas y retos en el camino de la implementación y es por ello que debemos trabajar de la mano sector empresarial, gobierno y legisladores

El Senado mexicano se encuentra ahora analizando un paquete de  seis leyes y reformas que deberemos aprobar antes de la entrada en vigor del TMEC para asegurar que nuestro país cumpla con lo establecido en el Tratado y entre con fuerza “ con todas las de la ley” a la etapa de implementación. El esfuerzo requerirá convocar a un perído extraoridnario de sesiones en el que estamos trabajando todos los grupos parlamentarios.

Pero a lo largo del período de implementación surgirán retos y amenazas que deberemos confrontar y resolver de manera coordinada. Deberemos ir mejorando el marco judrídico y la infraestructura institucional para lograrlo.

Llegar a este momento es producto del esfuerzo conjunto entre empresarios, gobierno y legisladores y este esfuerzo continuará siendo clave para asegurar que tengamos éxito en la implementación del Tratado