Una guía para identificar la desinformación en línea
febrero 17, 2020
México/infobae. La manera en que las manipulaciones de la información circulan en línea tiene características tan específicas como sus impactos potenciales, según se vio en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016.
“Los investigadores que estudian la desinformación predicen que será cada vez peor a medida que se acerque la votación presidencial de este año”, advirtió una guía de la agencia AP sobre los distintos elementos que constituyen este fenómeno: deepfakes, trolls, bots, noticias falsas y demás herramientas de engaño público.
Las operaciones políticas para la manipulación del público existen desde mucho antes que la prensa impresa, pero internet ha traído un cambio cualitativo: las falsedades, las teorías conspirativas y las exageraciones se difunden a más velocidad que nunca antes.
La información falsa es cualquiera que, más allá de su intención, incluye errores o equívocos en lo que respecta a los hechos.
La desinformación, por otra parte, típicamente se refiere a información falsa creada y difundida de manera intencional a los fines de confundir o engañar. Ambas categorías abundan en las publicaciones y los avisos políticos en las redes sociales. Pueden ser noticias falsas o videos retocados, como el que se vio el año pasado sobre la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi: fue ralentizado para que sonara como si ella arrastrase las palabras.
Por extraño que suene, las falsedades se difunden más rápida y fácilmente que las noticias verdaderas. Según los investigadores, esto podría deberse a que han sido construidas para llamar la atención.
Un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) analizó más de 126.000 noticias, verdaderas y falsas que se tuitearon millones de veces desde 2006 hasta 2016. Descubrió que las noticias engañosas o incorrectas se movieron a una velocidad seis veces mayor que las verdaderas, y alcanzaron un público más amplio.
La infantería de la guerra digital está hecha de bots: programas autónomos que pueden administrar cuentas para difundir contenidos sin participación humana. Muchos son inofensivos y a ellos se deben las fotos de mascotas que tanto gustan a casi todo el mundo.
Pero otros, diseñados además para que parezcan usuarios reales, son muy distintos.
“Un estudio de investigadores de la Universidad del Sur de California (USC) analizó tuits vinculados a las elecciones publicados en septiembre y octubre de 2016, y halló que uno de cada cinco había sido enviado por un bot”, citó AP.
En otro trabajo sobre el tema, el Pew Research Center concluyó en 2018 que las cuentas de bots fueron responsables casi dos tercios de los tuits que derivaron al público hacia sitios populares.