Van a echar a perder la vida: ejidatarios sobre minera

*Pobladores rechazan el proyecto que arriesga su comunidad, las dunas errantes y los petrograbados de Samalayuca, Chihuahua señalan.

diciembre 30, 2019

Samalayuca/Notimex. Los habitantes de cuatro ejidos de Chihuahua, se oponen a la explotación de la mina a cielo abierto La Gloria, propiedad de las empresas Samalayuca Cobre y la canadiense VVC Exploration, que podría ser parte del gran yacimiento de litio recién descubierto en dicha zona norteña. 

Rechazan el argumento de que generarán empleos, los habitantes coinciden que a ellos no les falta trabajo porque la zona oferta suficiente trabajo con el funcionamiento de dos termoeléctricas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), una fábrica de paneles de yeso, la producción agrícola y las áreas protegidas formadas por las dunas errantes y los petrograbados.

Durante un recorrido de los enviados de Notimex por la región de los cuatro ejidos El Vergel, Villaluz, Ojo de Agua y Samalayuca, se constató que la empresa canadiense ya comenzó a derribar la sierra y diseñó los trazos para la construcción de instalaciones con el fin de explotar el yacimiento con metales como cobre, oro, plata, y según se afirma, litio, elemento que se convertirá (aseguran los expertos), en el petróleo del futuro.

Los habitantes de la región no están dispuestos a perder su patrimonio y a que pongan en riesgo su vida con la explotación de la mina que devastará la sierra de Samalayuca, lo que ocasionará un cambio en el medio ambiente que afectará las dunas.

Así como la producción de hortalizas por la contaminación del agua, y dada la cercanía, de los petrograbados hechos por Los Mogollón (cultura ancestral), también están en riesgo de sufrir deterioros irremediables.

Manuel Belmontes Rea, habitante y productor agrícola de la región, explicó que de por sí han resultado afectados por las instalaciones de la CFE y ahora quieren añadirle la explotación de la mina.

“Lo vemos mal, va a echar a perder el pueblo, la vida principalmente por cuestión del agua. Todavía hay unas corrientes que están muy encima y los trabajos que piensan hacer, se van a contaminar los mantos freáticos. Lo vemos mal por la vida, estamos luchando porque no se acabe”, subrayó.

Al recorrer el trayecto de 45 minutos por carretera de Ciudad Juárez a Samalayuca, se observan las instalaciones de la CFE y de otras empresas que han aprovechado la ubicación para desarrollar proyectos que atentan contra el medio ambiente.

“Lo primero que nos afectó aquí fue la termoeléctrica por la cuestión del agua. Antes sacábamos agua de las norias, con un balde y un malacate, y todo eso se acabó, se fueron muy abajo las corrientes que estaban muy encima bajaron. Ahorita tenemos todavía algunas corrientes, pero sí, la termoeléctrica nos acabó bastante el agua”, expone Belmontes Rea.

Añadió que las corrientes de aire también se modificaron, si siguen devastando la sierra, se ocasionará un daño irremediable a la zona protegida de las dunas errantes.

“Y por otro lado, por así decir, la cementera la cresta del cerro que han estado tumbando, las corrientes de aire ya se están sintiendo más fuertes que antes, siempre había habido aires muy fuertes, vientos muy fuertes, pero ahora con eso que están tumbando la cresta cada año se siente mas el viento. Pues no sé hasta qué altura vaya a llegar”, expresó con el semblante confuso.

Ramiro Herrera Alvarado, otro agricultor y activista en contra de la apertura de la mina, señaló enfático su postura contra el proyecto canadiense.

“Nosotros vemos mal ese proyecto porque antes de ser agricultores somos seres humanos y tenemos nuestras familias, nuestros hijos, no queremos enfermedades ni a corto, ni a largo plazo”.

Criticaron que tanto Javier Meléndez, presidente del seccional, como Lorenzo Cutberto Velador, presidente ejidal, estén a favor de una empresa que dañará a la población y al ecosistema de la región.

“Este señor Meléndez está aferrado con la mina, dice que no hay desarrollo, aquí tenemos mucho desarrollo, trabajo todo el año, aquí no trabaja el que no quiere”, afirmó Herrera Alvarado.

Expresó su preocupación por la advertencia que les han hecho los compradores de sus hortalizas de que dejarán de adquirir sus productos si se explota la mina.

“Ya nos dijeron nuestros compradores de Sonora, Soriana, Relaciones Exteriores, que si hay una mina, ya no nos compran nuestros productos de agricultura (porque) hay gente de aquí que sí exportan, ellos están certificándose como rancho limpio, nosotros enviamos para Sonora. Es un proceso ante la Sader (Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural) y con el gobierno americano”, explicaron.

Herrera Alvarado añadió que el riesgo que presupone la mina no es sólo para quienes habitan en las inmediaciones, sino los daños se extenderán a Ciudad Juárez y El Paso, Texas, porque se abastecen del mismo manto acuífero del subsuelo.

“Un químico residente de aquí dice que al momento de hacer una mina, hay metales pesados, son acumulables, tanto en las personas como en las plantas y animales, es la primera afectación en el agua, y si llegara a haber un derrame de ácido sulfúrico que ellos utilizan, contamina el agua de todo Samalayuca, Ciudad Juárez y El Paso”, alertó.